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EL SIGNIFICADO TEOLÓGICO-PASTORAL DE PUEBLA

La Conferencia del CELAM en Puebla en 1979 fue un gran debate entre los dos sectores de la Iglesia latinoamericana. Por un lado estaba un poderoso movimiento de reacción contra Medellín. Por el otro lado estaban los defensores de Medellín. Entre nosotros pensábamos que el combate terminó por un empate. Pero hemos sido más activos en la recepción y logramos hacer prevalecer la opinión de que era la victoria de Medellín. En la historia Puebla quedó asociado a Medellín. De hecho hay textos que reafirman e incluso profundizan las tesis de Medellín. Pero por otro lado hay una mayoría de textos insignificantes que repiten lo de siempre y expresan el pensamiento de los conservadores. Pero no hubo ninguna condenación de los movimientos pastorales nacidos de Medellín.

 

Al frente del partido conservador que quería el rechazo de Medellín, estaba la Curia romana que, el día siguiente a Medellín, inició una ofensiva vigorosa para destruir Medellín. En Puebla estaba como presidente el cardenal Baggio, que ya se había hecho enemigo personal de todos los grandes obispos de Medellín El hombre escogido para ejecutar la política de destrucción de Medellín fue Alfonso López Trujillo, muy joven todavía cuando fue escogido, pero muy ambicioso, que se dio cuenta de que luchar contra el marxismo en América latina era el medio más seguro para subir en la jerarquía  Aplicó el programa romano con una eficacia que sorprendió incluso los más optimistas de la Curia.

Alfonso López fue hecho secretario general del CELAM contra la voluntad de los obispos en la asamblea de Sucre en 1973, por imposición de la Curia por medio del nuncio que invocó una supuesta voluntad del Papa, lo que era ciertamente falso El nuevo presidente impuesto era Pironio, un santo, pero un hombre muy débil que no tenia ninguna posibilidad de discutir con Alfonso López. Este fue el dictador del  CELAM, 6 años como secretario peral, 4 años como presidente, 4 años durante la presidencia de Quarracino, que era juguete en sus manos. Alfonso López suprimió todo lo que las presidencias anteriores habían hecho, despidió a todos los que habían colaborado con el CELAM, e hizo del CELAM una máquina de guerra contra Medellín.

Esa máquina de guerra desarrolló una campaña continental contra Medellín. El tema principal era que Medellín había sido mal interpretado y que era necesario dar la correcta interpretación. Medellín había sido mal interpretado y que era necesario corregirlo. Más tarde el cardenal Ratzinger se inspiró en ese modelo para organizar su campaña en contra de Vaticano II, que había sido mal interpretado, e hizo un sínodo para dar esa verdadera interpretación. El CELAM organizó encuentros, simposios, seminarios, conferencias para divulgar ese tema básico.

El CELAM divulgó los temas siguientes : la teología de la liberación es marxismo; la CLAR es magisterio paralelo; las comunidades eclesiales de base son una Iglesia popular separada de la jerarquía. Había que extirpar esos enemigos de la Iglesia. Seria obra de la próxima conferencia del CELAM que se realizó en Puebla en 1979.

El CELAM publicó en 1977 un Documento de Consulta que suscitó un inmenso movimiento de rechazo. Había sido redactado por los más reaccionarios colaboradores de Alfonso López..La reacción fue fuerte, incluso en Europa. El Documento fue retirado. El cardenal Lorscheider, que era el presidente, mandó que otro grupo preparase un nuevo Documento de Trabajo, publicado en 1978. La CNBB ya había preparado un documento alternativo. El Documento de Trabajo era mucho mejor, pero la conferencia no lo tomó en cuenta y comenzó todo de nuevo.

Cuando se abrió la conferencia, el CELAM ya sabía que seria para Alfonso López un triunfo. El llegaba en  triunfador. Sabía que podía contar con el apoyo casi total de las delegaciones de Venezuela, Colombia  México, Argentina y con una gran parte de los centro-americanos. Fieles a Medellín serían la mayoría de Brasil, Chile, Peru y algunos pocos de las demás conferencias. Pero el CELAM tuvo la obligación de permitir una presencia de la CLAR, su arqui-enemigo. Como compensación todos los teólogos de la liberación fueron excluidos y los teólogos admitidos no recinto eran todos escogidos por su acuerdo con el nuevo CELAM. Para impedir el contacto peligroso con los teólogos, los movimientos ultra reaccionarios de México había montado tres barreras que aislaban a los obispos de toda contaminación. No fue posible evitar los contactos y textos preparados por los teólogos proscritos penetraron dentro del recinto.

Había una cosa que Alfonso López no había considerado : Evangelii Nuntiandi había sido publicada en 1975 y fue citada abundantemente en Puebla. Ora Evangelii Nuntiandi usaba mucho la palabra liberación que se quería extirpar. A cada paso los defensores de Medellín invocaron el documento de Paulo VI.

El 27 de enero de 1979 se abrió la conferencia de Puebla. El primer día estaba reservado al discurso del Papa. Ese discurso era esperado con sentimientos opuestos. Estaba dividido en dos partes. La primera parte se refería a los problemas internos de la Iglesia. El Papa lanzó el tema de “los maestros de la verdad” que había de ser el tema básico de todo su pontificado. El discurso empezó con una defensa de la “Verdad”.

En la “Verdad” sobre Cristo el Papa denunciaba “las falsas lecturas” de la Biblia que hacían de Jesús un revolucionario violento. Era asumir las acusaciones más gratuitas de los enemigos de Medellín.

En la “Verdad” sobre la Iglesia el Papa hacía dos denuncias : primero sobre la separación entre Iglesia y Reino de Dios; segundo, sobre la Iglesia popular separada de la Iglesia institucional.

En la “Verdad” sobre el hombre, no había denuncia particularizada. 

Esta parte del discurso del Papa fue como una bomba. Las circunstancias hicieron que se exagerara el alcance de las denuncias. Para los más conservadores el Papa había dicho todo lo que había que decir, y no había necesidad de continuar la Conferencia. Para los defensores de Medellín, el Papa asumía las acusaciones del CELAM e les daba pleno apoyo.

Los teólogos de la liberación que estaban excluidos de la conferencia, estaban en la ciudad. Redactaron inmediatamente una declaración en  la que decían que concordaban con  todo lo que decía el Papa , pero todo eso no se aplicaba a América latina, porque aquí no había nada de eso.

La segunda parte del discurso fue muy diferente. El Papa habló de la Iglesia en medio de los problemas sociales. Esa parte se inspiró de Evangelii Nuntiandi incluso con su lenguaje de liberación. Además el viaje del Papa en México fue un triunfo inimaginable. En sus discursos el Papa fue muy contundente para proclamar la necesidad de buscar la justicia y luchar contra la miseria de las inmensas masas. Sobre todo en los discursos de Oaxaca para los indígenas y de Monterrey para los obreros,  el Papa había usado palabras muy fuertes que fueron muchas veces citadas en el documento final de la Conferencia. Con esa segunda parte renació la esperanza. Nació la fórmula tantas  veces citada durante todo el pontificado : que el Papa era conservador en los problemas de Iglesia, mas  abierto y sensible en los problemas sociales.

El día siguiente, el discurso del cardenal Lorscheider, presidente de la asamblea, tuvo un acento diferente. El cardenal dijo que el gran desafío de América latina era la inmensa pobreza y la situación de injusticia vivida por las grandes masas

Entonces, empezó la Conferencia. Los primeros pasos fueron decisivos Primero, el reglamento propuesto pelo CELAM fue rechazado. Fue instituida una comisión de “empalme” que iba prácticamente dirigir los trabajos, dejando de lado la directoria del CELAM. La comisión tenía 5 miembros, Mc Grath, de Panama, Flores de Santo Domingo, Bambarén, del Peru, Mendes de Almeida, de Brasil, Laguna de Argentina. Luciano Mendes de Almeida dirigió la comisión. De los 5 cuatro estaban más bien en la izquierda, y Laguna, que quería tener la fama de abierto, tenía las manos atadas por los militares como todos los argentinos.

Después, la Conferencia rechazó el programa de trabajo presentado por Alfonso López y adoptó el programa alternativo presentado por Mendes de Almeida. Fueron creadas 21 comisiones y cada cual redactaría su texto. El texto final fue el texto de las comisiones.

Se temía que la conferencia fuera dirigida por Alfonso López Trujillo, y, en realidad, la orientación fue dada a cada momento por Mendes de Almeida. Luciano Mendes de Almeida era una personalidad excepcional, y, por eso, fue duramente castigado y perseguido por la Curia romana.

El trabajo de la Conferencia se hizo casi enteramente en las comisiones. Cada comisión hizo 4 redacciones. Finalmente la asamblea votó todos los textos de las comisiones. Pero, el texto de la comisión 18, de  la Opción por los pobres, tuvo 43 votos en contra. Hubo resistencia en  la comisión 18 sobre la acción de la Iglesia en la sociedad nacional e internacional. En la comisión 1 que trataba de la visión de la realidad latino-americana hubo mucha oposición en los debates y se hicieron correcciones. La descripción de la situación social era particularmente fuerte. Estas fueron las comisiones más cercanas a Medellín.

La comisión 2 tenía por objeto la verdad sobre Jesucristo. Era la doctrina tradicional sin presentación  sobre la vida humana y la muerte de Jesús.

La comisión 3 trataba de la verdad sobre la Iglesia. Se tomó como base las declaraciones del Papa sobre el Reino de Dios y la Iglesia popular. Pero importante fue que el texto tomaba como eje de la eclesiología el tema del pueblo de Dios, que algunos años más tarde fue condenado por el cardenal Ratzinger y toda la Curia romana e eliminado definitivamente del discurso vaticano.

En la comisión 4 sobre la dignidad humana, hay consideraciones interesantes pero faltan referencias a la situación de América latina

La comisión 5 tenía por tema la evangelización. Quedó en la doctrina de Evangelio Nuntiandi .

En la comisión 6 sobre evangelización y promoción humana se esperaban duros debates. Pero, hubo acuerdo para que el texto fuera redactado por Alfonso López Trujillo con  Helder Câmara, los dos polos opuestos. Aí estaba el tema delicado de la liberación. Los dos redactores se inspiraron en la Evangelii Nuntiandi, lo que era satisfactorio porque no condenaba nada y liberaba el tema de la liberación

La comisión 7 fue de los argentinos : trataba de evangelización, cultura y religiosidad popular. En la práctica esa evangelización consiste en mantener todo lo que existe sin añadir nada. La religiosidad popular era la bandera de la Iglesia argentina, levantada por la mayoría de sus teólogos. No se explica en el texto porque después de 500 años de religiosidad popular los pueblos latinoamericanos permanecen tan pasivos, sumisos, alienados.

En la comisión 8 el tema era Evangelización, política e ideologías. Lo importante fue que se condenó la doctrina de la Seguridad Nacional que era la ideología de los gobiernos militares.

La comisión 9 trataba de la familia. Sin mucha novedad se repite la doctrina conciliar sin referencia a los problemas de la familia de los pobres.

La comisión 10 tenía por tema las Comunidades Eclesiales de Base. En la comisión estaban varios cardenales de la Curia y obispos de la ala más conservadora. El primer texto que elaboraron, despertó una verdadera indignación en toda la asamblea y tuvieron que hacer otro  más aceptable que evitaba cualquier condenación. Sin embargo nada se decía de la relación entre parroquia y comunidad de de base. Más tarde esa cuestión fue la justificación de la parroquializacìón de las comunidades de base.

El texto de la comisión 11 sobre el ministerio en la Iglesia repite la doctrina del Concilio.

Se esperaba con curiosidad lo que pasaría en la comisión12 que hablaría de la vida consagrada. La CLAR ( Conferencia latinoamericana de los religiosos) era uno de los importantes acusados. Nada sucedió. Ninguna alusión, lo que mostró que las denuncias hechas desde  el CELAM carecían de fundamento. Había otras  motivaciones, que los de aquel tiempo recordarán fácilmente.

En la comisión 13 de los laicos, la doctrina conciliar sobre el protagonismo de los laicos fue exaltada y desarrollada. Pero, como siempre, no se propuso ninguna medida institucional. Los laicos permanecen sin derechos. Tienen que contentarse con buenas palabras.

La comisión 14 tenia por tema la pastoral vo9cacional. Sin novedad.

En la comisión 15 se trataba de la liturgia, de los sacramentos, de la piedad popular. Sin novedad.

En la comisión 16 sobre catequesis, educación, medios de comunicación, lo de siempre. Principios generales válidos para todos los continentes sin referencia especial América latina.

La comisión 17 tenía por objeto el ecumenismo No hay nada muy positivo. Tratan de justificar la ausencia de diálogo con los protestantes. Los pentecostales son tratados como sectas. No se hace análisis  del crecimiento del pentecostalismo que ya es sensible en  aquella época..

Entonces llegamos a la famosa comisión 18 que tenía que hablar de la opción por los pobres. Hubo debates muy acalorados. Es el texto más veces citado de Puebla. El texto aprobado asume plenamente la doctrina de Medellín y la explicita y elabora en muchos elementos. Para muchos Puebla es el texto de la comisión 18. 

El tema de la comisión 19 había sido propuesto para disminuir el destaque de la opción por los pobres. Era la opción por la juventud. Sin embargo, no se dijo nada que fuera original. La Iglesia no tenía mucho que ofrecer a los jóvenes. En la práctica los jóvenes se inclinaron hacia los movimientos carismáticos e grupos nuevos de inspiración semejante

La comisión 20 sobre los constructores de una sociedad pluralista presenta muchas sugerencias interesantes y es también una de las comisiones importantes de Puebla. También la comisión 21 sobre la sociedad nacional e internacional estaba muy bien actualizada. Hubo una comisión 22 que se encargó  de escribir una síntesis del documento. Esa síntesis era muy buena y ayudó mucho la divulgación de las enseñanzas de Puebla.

Como se sabe, el texto final no pudo ser publicado y fue enviado a Roma. En Roma manos misteriosas hicieron unas 500 correcciones que iban todas en el mismo sentido : debilitar todo lo que estaba en la orientación de Medellín y hacer restricciones. Pero, en  total, lo esencial quedó, aunque debilitado.

Las impresiones que deja la lectura del documento, confirman la recepción que recibió. En primer lugar Puebla confirmó Medellín. Desapareció el tema de las falsas interpretaciones de Medellín tan divulgado por el CELAM.

En segundo lugar, los temas de Medellín, estuvieron presentes en muchas comisiones : opción por los pobres y  lenguaje de la liberación. Es evidente que tuvieron un papel preponderante Evangelii Nuntiandi y el vocabulario del Papa en sus diversos discursos. No hubo ninguna condenación de la teología de la liberación, lo que se temía. Aquí también la campaña organizada por el CELAM fracasó. 

En tercer lugar, las severas advertencias del Papa sobre las tres  verdades no recibieron ningún destaque. A lo mejor sirvieron para impedir una doctrina cristológica e eclesiológica más elaborada. Pero no fueron invocadas para justificar condenaciones.

En cuarto lugar apareció que había en America latina dos corrientes bastante diferentes, y naturalmente muchos obispos de mentalidad conservadora pero abiertos aunque sin  ideas propias.

La primera corriente era la brasileña que venció. Defendía toda la herencia de Medellín y toda la evolución a partir de Medellín : los pobres, la liberación, las comunidades, los religiosos inseridos en el pueblo y la lucha en lo social y lo político.

La segunda era la argentina, concentrada alrededor de la defensa de la religión popular tradicional sin ninguna novedad para proponer. No recibió mucho apoyo.

Los obispos brasileños y sus aliados, chilenos e peruanos sobre todo, pudieron regresar a sus casas con  la conciencia  de haber desmontado toda la máquina de guerra del CELAM e salvado la herencia de Medellín.

  Los teólogos  de la liberación pudieron respirar un poco y aún tenían prestigio para divulgar en todo el continente el mensaje de Puebla. Para ellos, que estaban amenazados de condenación, fue un alivio temporáneo. Tenían la protección de Medellín y de Puebla.

Pero el CELAMN tenía otros recursos. Pocos días después de Puebla, en los Teques, Venezuela,  el CELAM en su asamblea ordinaria eligió la peor presidencia de su historia : presidente : Alfonso López Trujillo; vice-presidente Luciano Duarte, copia fiel de Alfonso López; secretario general : Quarracino, argentino, futuro cardenal de Buenos Aires y gran admirador de los generales golpistas, muy débil intelectualmente  Sería un juguete en  las manos de Alfonso López, que más tarde hizo de él su sucesor. 

Con  esa presidencia, Alfonso López decidió recorrer a Roma. Convenció al cardenal Ratzinger y en 1984 salió la condenación que Puebla se había negado a formular. A lo mejor, la iniciativa puede haber salido de Roma. Pero de todos modos el CELAM no había desarmado.

Pero, en lo inmediato, la recepción de Puebla fue muy buena. Las comunidades de base pudieron desarrollarse más, y también la lectura popular de la Biblia. Los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas que se habían metido en medio de los pobres se sintieron aprobados y defendidos.

La Curia romana no había logrado controlar la Conferencia de Puebla. Reflexionaron sobre las razones de su fracaso. Para la Conferencia de Santo Domingo estaban preparados. Mandaron una fuerte delegación de prelados  romanos y ejercieron un control más severo de las posibles interferencias de los teólogos de la liberación. Nombraron al secretario de la Conferencia que se reveló un verdadero dictador e impuso silencio a dos herederos de Puebla. Pero esta es otra historia.

De todos modos, Medellín y Puebla han existido y han dejado documentos. Ya no se puede suprimirlos. La Conferencia de Aparecida en 2007 reafirmó su continuidad con esas Conferencias, aunque con poca convicción.

Desde Puebla el mundo ha cambiado y América latina también. La Iglesia también. Solo habrá un nuevo Puebla, aplicado al mundo que cambió si se prepara una nueva generación. Durante una generación, América latina fue avasallada por el neo-liberalismo y los grandes grupos económicos mundiales que lograron  la destrucción de los movimientos sociales y la marginalización creciente de inmensas masas de pobres ahora expulsados de sus tierras y refugiados em villas miseria, tugurios, favelas o barrios populares indignos del ser humano. Al lado de eso han sido construidos ciudades nuevas de primer mundo para las clases privilegiadas. La distancia entre ricos y pobres ha crecido vertiginosamente. Ahora vino la crisis de la que todavía no sabemos lo que va a salir. 

La Iglesia se adaptó al nuevo tipo de sociedad. Salvo algunos movimientos en Brasil, globalmente la Iglesia institucional se ha apartado de los desafíos sociales y políticos y refugiado en su vida interna. Con el fin de los gobiernos  militares, la Iglesia aceptó la ficción del retorno a la democracia. Es una democracia en  la que los pueblos no tienen  voz. Pueden elegir a su presidente y a sus representantes que nada harán de lo prometido y el pueblo quedará aplastado, con  poca resistencia. Pues, el poder real está en manos de las grandes fuerzas económicas mundiales.   Los gobiernos y los Congresos en los países llamados democráticos tienen que seguir el programa impuesto por esas fuerzas económicas. 

La Iglesia no se ha atrevido a enfrentar esas fuerzas económicas que son las que elaboran e imponen la política y aplastan las fuerzas de los pueblos. Hace llamados a los poderes ficticios de las naciones. Son buenas palabras que nunca tienen eficacia. El discurso reemplaza la acción. 

El desafío es volver a Gaudium et Spes, lo que es lo que Aparecida no pudo hacer, y Medellín y Puebla habían hecho. ¿Hasta cuando ?

 

José Comblin

 

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