Rolando Lazarte
Esta parece ser una situación recurrente. Llegar al borde y volver, o intentar volver. El Papa Francisco en su libro Vamos sonhar juntos. O caminho para um futuro melhor (Intrínseca, 2020), con aguda sensibilidad e inteligencia, convoca para una acción global en pro de la vida tanto de la humanidad como del planeta.
Un poco más cerca, en el espacio de la vida de cada uno, de cada una, ¿qué hacemos para humanizar y humanizarnos? ¿Nos permitimos abrir puertas y ventanas a lo desconocido, sean personas, lugares o ideas y sentimentos?
¿O más bien vivimos encerrados o encerradas en certezas que ni siquiera son nuestras, solamente aprendimos a tenerlas o a creer que las tenemos, siendo que de esa manera solamente nos cerramos al mundo y a la vida?
Los discursos de odio, tan ampliamente difundidos por Facebook y otras llamadas redes sociales (hay que inventarles otro nombre) vienen siendo combatidos por las Naciones Unidas y su sistema de organizaciones.
¿Nos permitimos abrir un espacio de duda frente a las calumnias y la difamación, o rapidamente creemos en cualquier cosa que se diga contra alguien o algo, sin ni siquiera dudar? ¿Tenemos noción del poder destructivo de estas prácticas odiosas?
El propio Papa Francisco, entonces apenas Jorge Mario Bergoglio, fue objeto de estas maniobras destructivas. Fue presentado como cómplice de la dictadura de Videla, siendo que en realidad su actuación fue en defensa de sacerdotes amenazados de muerte por ese régimen terrorista.
¿Conocemos el poder de la fe, de la solidaridad, de la ayuda mutua, para preservar la vida de personas y de grupos humanos enteros? ¿Sabemos que la confianza de una persona en sí misma y en los demás, así como en el futuro, es uno de sus mayores capitales?
¿Tenemos consciencia de que la marginalización social, la exclusión social, así como la persecución a minorías y mayorías, tenen efectos profundamente destructivos sobre las personas, llevándolas a bordes peligrosísimos de semi-vida?
¿Sabemos que los Derechos Humanos son una enunciación clara y precisa de aquello que la humanidad proyecta para sí misma, como un objetivo que incluye a todas y cada una de las personas del planeta, así como al medio ambiente?
La humanidad no empezó con la internet ni con las llamadas redes sociales, sino que es una lenta y trabajosa construcción de generaciones que acertando y errando, trata de preservar y perfeccionar lo humano. Hoy estamos otra vez al borde.
Genocidios. Mentiras, calumnia y difamación afectando la confianza recíproca que fundamenta la solidaridad social y la esperanza. Necesitamos cambiar de rumbo. Volver a centrarnos en lo más valioso, que no es el dinero ni la propiedad privada, sino la vida como un don divino.
Una dádiva a ser preservada y mejorada constantemente. En Brasil, el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas-CONIC, en el texto base de la Campaña de la Fraternidad de 2021, evidencia la caminata colectiva que incontables persoas, entidades, organizaciones y movimientos, vienen realizando para tratar de evitar lo peor.
Esto alimenta la esperanza. Usted puede sumarse a uno o más movimientos, actuar por la vida. Cada persona es importante. ¡Háganos saber de sus experiencias!
fonte https://revistaconsciencia.com/los-limites-de-la-humanidad-la-humanidad-en-sus-limites/