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FE Y POLITICA : PROBLEMA DE METODO TEOLOGICO

José Comblin (Palestra pronunciada el 18 de marzo de 2010 en la UCA en San Salvador en el congreso de teología por ocasión del 30º aniversario del martirio de Mons. Romero)

Para  estudiar la cuestión  de fe y política, precisamos partir  de un dato hoy  día aceptado por un gran número de teólogos: hay en toda la historia del cristianismo una contradicción interna, una tensión permanente entre dos polos, el polo evangelio y el polo religión.

Jesús no fundó ninguna religión. Nació y vivió en la religión judaica. Cuando estuvo en el templo o en las sinagogas siempre fue para criticar y anunciar la superación de toda la institución judaica, y el advenimiento de otra relación con Dios. No participó del culto, se opuso fuertemente a los que podríamos llamar del clero del judaísmo: los sacerdotes y los doctores. Entró en conflicto con la élite religiosa de su tiempo que eran los fariseos.. No creó otra religión para reemplazar la religión judaica: fundó otra cosa.

Jesús vino para anunciar el reino de Dios e iniciar su llegada en la humanidad. Envió sus discípulos al mundo entero para anunciar esa noticia y convocar los pueblos a entrar en la construcción de ese reino. Escogió el camino de la no violencia, del no poder. No quiso imponer a la humanidad la sumisión a su obra. Escogió los pobres para realizarla justamente porque no tienen ningún poder. Por haber rechazado las elites religiosas y políticas de su tiempo, fue condenado a muerte y sufrió el suplicio reservado a los esclavos. Murió en la cruz, pero su obra permanece y sus discípulos continúan el anuncio del reino de Dios. El reino de Dios es un cambio radical y total de toda la vida de la sociedad humana. Es la buena noticia anunciada a los pobres de la tierra, el evangelio..

Pero, los discípulos no solo anunciaron el evangelio, sino que también crearon una religión, la religión cuyo objeto fue justamente el mismo Jesús. Alrededor del recuerdo de Jesús crearon todo un mundo simbólico. El evangelio tiene por objeto el  mundo real de la humanidad real en su vida material y cultural. Los apóstoles y sus sucesores crearon un mundo simbólico siempre más desarrollado en la historia. Recibieron el Espíritu Santo pero le fueron más o menos fieles según las variaciones de la historia, de las culturas y de los individuos

La religión, toda religión, incluso la cristiana, es una creación humana. Responde a una necesidad del ser humano. Nadie que sea normal, puede vivir sin religión. Incluso los ateos tienen su religión que es la negación de la religión de los otros. Pues el mundo simbólico de la religión es lo que permite que hombres y mujeres puedan dar un sentido a su vida biológica. Todos se preguntan por qué están en esta tierra y por tan poco tiempo. La religión ofrece una respuesta que permite vivir sin angustia. Cada pueblo tiene su religión que nació y se desarrolló en una larga evolución. Las ciencias de la religión estudian todos esos fenómenos. La religión es un elemento fundamental de la cultura y habitualmente el elemento central. A veces envuelve toda la cultura como en la cristiandad o en el Islam, o también en el hinduismo. Hay tantas religiones cuantas culturas..

¿Cómo comenzó la fundación de la religión cristiana? Probablemente con el culto a Jesús. Jesús no había pedido ningún culto a su persona y los evangelios no muestran actos de culto de parte de los contemporáneos de Jesús. Jesús pedía la fe, o sea el seguimiento. 

 

Los discípulos, a partir de unos tiempos, le rindieron un culto, sobre todo a partir del momento en que el título de Mesías fue reemplazado por títulos de divinidad. Aparecieron dos polos entre los  discípulos, los que daban prioridad al seguimiento y los que daban prioridad al culto. Sobre todo por los que no habían conocido a Jesús en la tierra, el culto se hizo el polo dominante. Los evangelios fueron escritos por discípulos profetas que quisieron mostrar el peligro de deshumanizar a Jesús y escribieron para mostrar toda su humanidad terrestre, insistiendo en que esa vida terrestre de Jesús es la norma para todos los discípulos. No basta el culto. La prioridad es el seguimiento de Jesús. Este problema que es el reemplazo de la humanidad real y concreta de Jesús en su misión terrestre por el culto al Cristo celestial fue un drama de toda la historia de la cristiandad y todavía hoy es la fuente principal de todas las controversias en la Iglesia. ¿Prioridad al evangelio o prioridad a la religión?

¿Como se formó la religión cristiana? Sin duda, los primeros autores fueron judíos. Los judíos que aceptaban a Jesús, no abandonaban toda su tradición judaica que impregnaba toda su cultura. Esta estaba firmemente establecida dentro de su subconsciente y también en su conciencia religiosa. Trajeron e introdujeron en las comunidades cristianas usos, costumbres, doctrinas que venían del Antiguo Testamento o de la tradición judaica contemporánea. En la carta a los Gálatas Pablo se muestra alarmado por esa infiltración.

Del judaísmo procedió la teoría del  sacrificio con el sacerdocio y más tarde los templos, y también el rigorismo moral., el patriarcalismo entre otras innovaciones. En  los siglos II y III el gnosticismo desencarnó a Cristo y lo colocó dentro de un mundo de entidades espirituales condenando el cuerpo como pecado u obstáculo. Con ellos la humanidad de Jesús tendía a desaparecer. Hubo reacciones fuertes, pero una tendencia gnóstica haciendo de Jesús un ente puramente espiritual o de una humanidad espiritualizada permanece hasta hoy.

 En el siglo IV los rasgos esenciales de la religión cristiana ya están definidos.  Con los decretos de Nicea y Constantinopla aparece una doctrina oficial con fórmulas obligatorias. Poco a poco  esa doctrina va creciendo y constituyendo un corpus doctrinal que tomará el lugar de la Biblia en el comportamiento de la cristiandad. La Biblia fue leída a la luz de la doctrina oficial. En esa época ya se constituyeron algunas grandes liturgias. Apareció el clero con rasgos definitivos, como clase separada de los laicos, clase que se  reserva todos los poderes en materia de doctrina, de moral, de liturgia o de vida comunitaria.

Desde entonces aparecen siempre más evidentes las tensiones o contradicciones entre el nuevo edificio religioso y el evangelio. Estas son particularmente evidentes en  lo que se refiere a la política o al modo de presencia de la Iglesia en el mundo.

El evangelio procede de Dios y por lo tanto no puede cambiar. La religión es creación humana y puede y debe cambiar según la evolución de las culturas y de las condiciones de vida de los pueblos. Si la religión no cambia, ella aparece siempre más como obsoleta, irrelevante y los pueblos la abandonan.

El evangelio se vive en el mundo real, material y social. La religión se vive en un mundo simbólico. El evangelio quiere acciones concretas y corporales en la vida individual o social. La religión quiere acciones simbólicas.

El evangelio es universal porque no trae ninguna cultura, no engendra ninguna cultura, ni siquiera estaría asociado a una religión. La religión siempre está asociada a una cultura. En la cristiandad la religión cristiana estaba totalmente unida a una cultura que ella misma había engendrado en muchos elementos.

 

- El evangelio es renuncia al poder, no lo busca y no lo acepta. La religión busca el poder y busca siempre el apoyo de los poderes políticos y económicos. La religión no acepta ningún conflicto con las autoridades políticas. Ella se adapta a los cambios en los poderes, pero no los provoca. Acepta la sociedad establecida tal como está, salvo si ella no respeta los privilegios que pide.

 

El evangelio atribuye la prioridad a los pobres porque Dios les ha revelado su evangelio. Los pobres son  los constructores del reino de Dios, o sea, del cambio radical de la sociedad en el sentido de la justicia y la liberación de los oprimidos. La religión trata los pobres con la limosna, y todas las formas de asistencialismo. Se interesa por los “buenos pobres”, los que aceptan el desorden establecido.

El evangelio está siempre en  conflicto con los poderes dominantes. La religión siempre busca la colaboración con el sistema establecido y rechaza todos los conflictos. Quiere la paz porque los cambios crean situaciones de riesgo en las que podría perder sus privilegios.

Una persona entra en una religión casi siempre por trasmisión en la familia, o por la incorporación en un país diferente con una religión diferente. Una persona entra en el evangelio por una conversión personal, una opción plenamente consciente y voluntaria

Una religión siempre es conservadora moral, social y políticamente. Solo se adapta a los cambios inevitables por presión externa. El evangelio busca siempre un cambio individual y social.

La política de la religión es el acuerdo con las autoridades establecidas. La política del evangelio es la búsqueda de la justicia y de la fraternidad universal por una solidaridad de todos con todos.

La religión mira hacia el pasado. El evangelio mira hacia el porvenir.

La tensión entre evangelio y religión es muy fuerte en la Iglesia católica considerada como institución que se formó en el cuadro de la cristiandad y se mantiene en las mismas estructuras aunque haya desaparecido la  cristiandad. Durante los primeros siglos los cristianos se presentaron como el nuevo y verdadero pueblo de Dios, la verdadera Iglesia tomada en el sentido de la Biblia, o sea, sin institución formalizando el pueblo.. Pues ese pueblo de Dios no estaba estructurado socialmente desde el comienzo. Paulo creó una primera estructura con la fundación de comunidades en ciudades griegas. Estas eran el pueblo de Dios en cada ciudad, pero todavía sin expresión jurídica. No había presbíteros, ni obispos, ni liturgia oficializada, ni organización entre las diversas comunidades. Al final del siglo I  aparecieron los presbíteros como primera estructura jurídica. Todavía no eran sacerdotes, ni ordenados como personas sagradas. Todavía no existía la separación entre clero y laicos.

En el segundo siglo aparecieron los obispos,  presbíteros que se destacan como jefes del consejo presbiteral de la ciudad. Más tarde aparecen reuniones entre obispos de diversas comunidades urbanas, pero todavía no hay institución que reuniera las diversas ciudades. Tampoco existen liturgias comunes.  Algunos esquemas aparecen como en el libro de Hipólito de Roma. También aparecen las primeras normas de un derecho eclesial.. sobre todo para solucionar el problema de los “lapsi”, los cristianos que renegaron su fe para salvar su vida. Fue el problema de la reconciliación y sus condiciones.

 

 

 

La Iglesia como institución nació en Nicea por la voluntad  y la iniciativa del Emperador Constantino; Por primera vez hubo una reunión  de todos los obispos, y esa reunión fue convocada, orientada y presidida por el Emperador que ni siquiera era cristiano..El Emperador presentó o impuso su proyecto a los obispos. Se trataba de dar los primeros pasos a la entrada oficial del cristianismo en el Imperio romano como religión oficial. Los obispos aceptaron, como aceptaron los primeros siete Concilios ecuménicos todos convocados por el Emperador. Que la institución de la Iglesia universal haya sido realizada por el Emperador tendrá durante siglos y hasta hoy consecuencias muy graves, sobre todo por lo que se refiere a la relación entre fe y política.

Una vez instalada como religión de Estado, la Iglesia como institución quedó con las manos atadas. El clero fue reconocido como poder en el Imperio. Estuvo asociado a todas las guerras del Imperio y de sus sucesores, los reinos de los francos, de los visigodos, del Imperio germánico, de los reinos de Francia, España, y los otros reinos que adoptaron la estructura imperial. En la guerra, la religión era el elemento principal. Todos estaban convencidos de que Dios daba la victoria y lo esencial era conseguir el favor de Dios. Sin eso no se podía ganar la guerra. El clero fue requerido para conseguir el apoyo de Dios

De modo semejante en la política interna el clero estaba encargado de contribuir para la unidad y la paz interna del Imperio o del reino. Estaba subordinado a la  sociedad establecida y no podía ser un factor de cambio, ni de revolución. La religión cristiana fue la mayor fuerza de conservadorismo en la sociedad cristiana.

En Oriente el Emperador estuvo al frente del Imperio hasta su destrucción en 1453. En Occidente el antiguo Imperio romano fue destruido ya en 476 pero fue reemplazado por diversos reinos bàrbaros, y desde Carlos Magno por un nuevo Imperio que reunía toda la parte occidental de la Iglesia. En Occidente el Imperio germánico nunca logró tener la fuerza del antiguo Imperio romano o del Imperio oriental. Dependía del Papa en su origen y siempre dependió de él para su legitimidad. Desde Gregorio VII el Papa rivalizó con el Emperador para la supremacía en la cristiandad. El Papa fue el jefe de las cruzadas y era el generalísimo del los ejércitos cristianos. Los Emperadores y los reyes católicos siempre lucharon para adquirir su independencia del Papa y al final la lograron. Desde el siglo XVII la superioridad del poder de la religión está perdida y la religión se somete totalmente a los reyes. Sin embargo, la ilusión de la supremacía política del Papado permanece.

Cuando desapareció el Imperio en 1806 y cuando fueron establecidas  leyes de separación entre Iglesia y Estado, los Papas no perdieron la ilusión de reconquistar el poder. Quedaron asociados a las monarquías hasta el final, y en las democracias trataron de utilizar los métodos democráticos para readquirir la mayor parte posible de su superioridad política. Aún hoy los Papas tratan de mantener su poder político por el Estado del Vaticano, por sus misiones diplomáticas y la supremacía que pide para que el nuncio apostólico sea reconocido como decano del cuerpo diplomático. Por su doctrina social la Iglesia trata de mantener por lo menos su poder ideológico y lucha para salvar las normas de la moral cristiana por ejemplo en materia de sexo y familia. El esquema imperial todavía no ha muerto en la imaginación y en la acción política del la Iglesia. Esta ejerce una acción política para defender lo que le queda de los privilegios en la antigua cristiandad, por ejemplo en América latina o en Europa. Trata de imponer la moral católica a los países que fueron de la antigua cristiandad. El Papa ejerce un poder político aunque sea siempre menos eficiente No permite que católicos tomen actitudes políticas distintas de las suyas. En la Iglesia solo el Papa puede definir y hacer la política..

 

En toda la historia de la cristiandad, y también después de ella, hubo movimientos inspirados por el evangelio que pidieron reformas de la sociedad llamada cristiana, estuvieron en la base de revoluciones sociales y políticas, criticando y rechazando la sociedad establecida aunque tuviera el apoyo y estuviera asociada al poder del clero. Todos fracasaron y finalmente las revoluciones se  hicieron por los que se  habían separado de la Iglesia, aunque invocaran el evangelio. La oposición entre evangelio y religión fue reemplazada por la hostilidad entre la Iglesia y las repúblicas laicizadas. Siempre hubo dos políticas cristianas en la cristiandad y después de la cristiandad. En ese estado de virtual guerra, los que daban prioridad al evangelio quedaron comprimidos.

En América latina tuvimos en el siglo XX una manifestación visible de esa oposición. La política romana buscó siempre la alianza con los gobiernos dictatoriales contra los movimientos reformistas o revolucionarios. Sin embargo en la base de esos movimientos había siempre una inspiración evangélica y representantes de una parte del clero disidente de la política de los Papas. Aún hoy en el siglo XXI la Iglesia romana se opone a los movimientos de transformación social en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Honduras. Pero hay católicos que apoyan en nombre del evangelio. La razón es que la Iglesia romana da la prioridad al polo religión y la religión es defendida por las dictaduras de derecha. Y la oposición se inspira en el evangelio..

La entrada en el Imperio romano como religión de Estado y la cristiandad que de ella resultó, tuvo también consecuencias inmensas en el régimen interno de la Iglesia. Esta se constituyó según el modelo imperial. Poco a poco nació un derecho eclesiástico inspirado por el derecho romano de Justiniano. En el derecho romano todos los poderes están en la persona del Emperador. Este delega sus poderes a sus funcionarios de todos los niveles. El pueblo es puramente pasivo: su misión es obedecer.  Todas las decisiones vienen desde arriba y bajan por  intermedio de los niveles de oficiales del Imperio. En la Iglesia el modelo imperial era directamente en oposición con el modo de vivir de las comunidades cristianas. No había clero como clase superior. La liturgia, la enseñanza  de la fe, las decisiones relativas a la comunidad se definían localmente con la participación del pueblo cristiano, incluso la elección de los obispos cuando aparecieron los obispos..

La implantación del modelo romano no fue fácil ni rápida porque se oponía a la antigua tradición cristiana. Pero cuando los Papas asumieron la dirección de la cristiandad, empezaron a imponer la uniformidad imperial a todas las partes de la cristiandad. Durante siglos lucharon para controlar la doctrina con los Concilios medievales, la liturgia romana fue eliminando las otras, lo que finalmente se logró en el Vaticano II. Los Papas lucharon por el nombramiento de los obispos, lo que se logró con el código de 1917, finalmente aplicado a casi todas las diócesis. Cuando los obispos dejaron de ser nombrados por los reyes, el Papa asumió el cargo en lugar de devolver ese nombramiento a las Iglesias locales, como era la tradición antigua..

La organización imperial de la Iglesia católica impidió el desarrollo del pueblo cristiano. Los laicos fueron infantilizados por los sacerdotes, lo que constituye el gran problema de la Iglesia en medio del mundo moderno laicizado. Siempre hubo protestos, propuestas de volver a las tradiciones antiguas de la Iglesia pero siempre los Papas y su Curia romana impidieron todas las manifestaciones en ese sentido. La Iglesia se ha transformado en un Imperio religioso bajo el pretexto de que la Iglesia no es una democracia. Sin embargo, ella debía  parecerse más con la democracia que con el Imperio, si examinamos las fuentes de los orígenes cristianos.

 

 

En América latina al comienzo de la conquista hubo misioneros franciscanos y dominicos que vinieron con la intención de predicar el evangelio y de constituir una Iglesia diferente de la que había en sus países de origen, que conocían las corrupciones de la cristiandad. Cuando los Imperios de España y Portugal se consolidaron en América, se implantó el régimen de cristiandad en forma radical y el polo religión predominó hasta el siglo XX, casi hasta el principio de Vaticano II. Los sacerdotes y religiosos fueron organizadores de la institución eclesiástica, pero dejaron a los indígenas, a los esclavos negros y al pueblo mestizo sin conocimiento del evangelio y solo con fragmentos de la religión de las metrópolis.

Después de Vaticano II sucedió el milagro de Medellìn confirmado por Puebla. Hubo una generación de obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas que adoptaron el polo evangelio sin romper con la religión Fue una generación que comenzó con Vaticano II después de algunos precursores y duró más o menos hasta mediados de los años 80. No todos entraron en el movimiento, pero este constituyó la tendencia dominante en las Iglesias de América latina en general, aunque no en todos los países.

Ahora estamos en otra fase de la historia. Predomina el polo religión con el pontificado de Juan Pablo II prolongado por el Papa actual. Los obispos que hicieron Medellín, fueron reprehendidos y castigados Fueron acusados de hacer política en lugar de administrar la religión de su diócesis. Desde entonces predomina una vigorosa campaña en contra de Medellín y Puebla. La teología de la liberación fue condenada y sigue siendo condenada. Las CEBs fueron sospechadas y prácticamente abandonadas por la mayoría del clero. Reapareció una teología tradicional, con seminarios tradicionales, una vida sacerdotal tradicional, todo anterior a Vaticano II. El Concilio se repite verbalmente pero la pastoral promovida por Roma  es  un regreso a la estructura anterior a Vaticano II.

Prevalecen en la Iglesia romana y en todos los países los movimientos burgueses que todavía creen que es posible volver a formar una cristiandad gracias a la reconquista del poder político. Ignoran la situación de las grandes masas humanas, de los pobres de modo particular. Es verdad que muchos obispos no creen en esa ficción, pero no se manifiestan porque Roma está vigilando. .El Papa está dirigiendo un gran combate contra el relativismo. Ahora bien, el relativismo es todo el mundo contemporáneo interpretado  en esa forma. Creen que una pequeña minoría de defensores fanáticos de las estructuras establecidas será capaz de rehacer una cristiandad. De allí la alianza con todos los movimientos burgueses en la sociedad, con la política de los Estados Unidos y de la Unión Europea y de modo general con los partidos conservadores. Por eso nunca aparece una condenación del capitalismo aún después de la gran crisis que se manifestó desde 2008. No se nota que el documento de Aparecida haya provocado un cambio real en la política eclesiástica.

Esta rápida evocación de la historia de la cristiandad nos permite entender por qué es necesario rever el método de la teología. Esta revisión ya empezó en América latina pero fue frenada con  mucha fuerza por Roma. Si existen dos polos contradictorios en la Iglesia como institución, aunque no como pueblo de Dios, la teología debe estudiar los dos polos.

Por un lado, una teología cristiana consiste en buscar desde los orígenes hasta hoy la tradición del evangelio vivido en la Iglesia. ¿Dónde se encuentra, en cada  época de la historia? ¿Cómo fue vivido el mensaje del evangelio en toda la historia   ? ¿Qué significa el mensaje evangélico en la actualidad ?¿Dónde podemos verlo hoy día?

 

No se trata de doctrinas sino de vida. El evangelio es una vida y el mensaje es su vida como el mensaje de Jesús fue su vida terrestre. Vidas humanas vivieron el evangelio y lo viven aún hoy día. ¿Dónde? El objeto primordial de la teología no son las doctrinas enseñadas desde los siglos pasados hasta hoy. Las doctrinas son creaciones humanas. Aunque el Espíritu pueda trasmitir un mensaje por medio de ellas, las doctrinas nunca son sencillamente la enseñanza del Espíritu. Siempre son relativas al alcance de la inteligencia humana, relativas a la cultura en la que  fueron elaboradas. Los llamados dogmas no son sencillamente la palabra del Espíritu. La vida mostrará lo que era del Espíritu y lo que era del pensamiento humano.

Por supuesto, tal teología nunca coincide con  la verdad. Habrá muchas interpretaciones diferentes, lo que es previsible en toda obra humana..Pero, lo que el pueblo cristiano necesita en primer lugar es el mensaje de la vida.

Por otro lado la teología contempla también todas las tradiciones eclesiásticas que en el descorrer de los siglos han transformado la Iglesia y  la han conducido a sus estructuras actuales. Se trata de la doctrina, de la liturgia, de la moral y de la organización eclesiástica. Se trata de todo lo que se ha añadido al mensaje de Jesús. En la teología moderna fue enseñado que al lado de la Biblia hay verdades reveladas no escritas que fueron trasmitidas oralmente desde los apóstoles. Pero en la práctica es muy difícil identificar esas tradiciones. Salvo si se considera como tradición todo lo que existe en la Iglesia actual. Pero, históricamente no se puede sustentar. Además el Concilio de Trento había sido más prudente y no había enseñado que existen verdades no escritas en la Biblia y trasmitidas solamente por vía oral.

Esta parte de la teología comienza con un estudio histórico de la construcción de todas las estructuras que hay en la institución Iglesia católica. A partir de eso, la teología busca el origen de las transformaciones, que es lo que viene de algunas personalidades fuertes o de algunas instituciones  cristianas particulares, o lo que viene de las tradiciones populares, o de las religiones de los pueblos con los que la Iglesia estuvo en contacto. Debemos examinar especialmente las raíces posibles en los pueblos que han  sido evangelizados por la conquista militar o política. Todo eso incluye una historia de los dogmas y de las doctrinas, una historia del culto, de la moral, de la institución de gobierno.

Todas esas tradiciones pueden y deben cambiar porque son relativas a la cultura de su tiempo. Además su significado cambia en las diversas épocas de su historia.

Esas tradiciones son buenas en la medida en que conducen al evangelio, son malas si apartan del evangelio. Hay tradiciones que deben cambiar porque ya no corresponden a la cultura contemporánea. Por ejemplo podemos citar  el mundo sagrado de los pueblos germánicos (Santos, milagros, reliquias), el mundo penitencial que vino de los monjes irlandeses o ingleses (sistema penitencial, prácticas ascéticas extremas), la filosofía griega que entró en el siglo XIII y condicionó todo el pensamiento cristiano y que es incomprensible en la cultura actual, la devoción moderna y su individualismo espiritual propio de una época en la que todo apartaba de las instituciones eclesiásticas.

Hay tradiciones que hay que interpretar de modo diferente por ejemplo los sacramentos y todo el sistema de bendiciones. Podemos añadir la organización de los ministerios de tal modo que el pueblo pueda ocupar el lugar al que tiene de derecho en la Iglesia..

 

 

En toda religión incluso en la religión cristiana hubo y hay aspectos negativos y aspectos positivos. Como negativos podemos recordar la conquista de los pueblos bárbaros por medio de la guerra, las cruzadas, las guerras de religión, todo en nombre de Dios. También en nombre de Dios la Inquisición, las torturas, lo de quemar los supuestos herejes, la represión sangrienta de las herejías, la ignorancia de los derechos humanos, la ignorancia de la miseria obrera durante tanto tiempo, la conquista de América y la destrucción de los pueblos indígenas justificados por la donación del Papa, la importación de millones de esclavos africanos, el actual silencio sobre el capitalismo y todo lo que produce en los pobres que son sus víctimas, sobre la destrucción de África por los poderes económicos de extranjeros, incluso las guerras financiadas por los pueblos desarrollados con el silencio de sus autoridades, recién el silencio de la jerarquía en muchos países de América latina durante las dictaduras militares como en la Argentina, en América central y otros países siempre con el apoyo de Roma y de las nunciaturas, el silencio sobre las guerras de Estados Unidos en el mundo musulmán de Asia en nombre de Dios. Son solo algunos aspectos más evidentes. No se justifican como errores de algunos  cristianos, sino que fueron hechos en nombre de Dios por las supremas autoridades de la Iglesia. La misma religión cristiana estuvo y está comprometida y los laicos no recibieron la orientación que debían recibir. Hay en la religión fermentos perversos que hay que combatir sin guardar el silencio.

Por otro lado, la religión cristiana creó una civilización en  Europa occidental entre los siglos V y XII, sobre todo por las obras de los monjes. Salvó los monumentos literarios de la civilización grecorromana. Dejó inmensas obras artísticas y literarias en los siglos pasados Estamos hablando aquí de la religión y no de la tradición evangélica que se trasmitía en medio de la institución eclesiástica, muchas veces en conflicto con ella.

Todo esto es materia de una teología que esté al servicio del pueblo cristiano porque no puede limitarse al estudio de las  doctrinas, sino más bien dedicarse al estudio de la vida entera. Las doctrinas no dejan de ser un aspecto secundario en la vida. Lo que hace vivir es el evangelio de Jesucristo y no las doctrinas que durante la historia han tratado de enunciar en forma intelectual con los recursos de la cultura de su tiempo el contenido del evangelio.

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